YADU GOPALA DAS (Kerala-India-2011)
“No hay
ningún secreto en el SILENCIO, y sin embargo de él, proviene TODO...”
"SILENCIO,
la clave para el despertar interior. Lo que es gozado por el morador interno,
lo que nos salva de la destrucción eterna si sabemos considerarle a tiempo.
Es la clave
en el despertar espiritual, es la imagen del VACÍO Búdico, el bache entre una
vida y la otra, el remanso que aquieta la mente y deja VER...MÁS ALLÁ...
No existen
imágenes para descifrar el silencio, sin embargo podemos encontrarlo en un ave,
una montaña, un lago, río, y hasta el Océano más inmenso, en algún sitio de su
profundidad, existe el silencio, la paz.
En el
silencio descansan los sabios, los que han encontrado a Dios. Sólo los
buscadores conocen de su importancia trascendental, de los beneficios que trae
su quietud transformadora. Cada momento en el que podemos sumergirnos en este
grato vacío, llegamos a los pies del Señor mismo... El alma se transforma luego
de cada instante que encontramos su bendición divina. El estar en silencio, es
estar en comunión con Dios, es salir del ruido de la mente enloquecida, que
tira imágenes cómo un cine continuado, en el cual podemos ver la destrucción
apoderarse de nuestras vidas. Es cambiar la muerte por la vida, sencillamente
es vivir en armonía con el Ser, y ser uno con Dios.
No existe
meta superior a querer fundirse con el Supremo, a regresar a nuestro verdadero
hogar (Dios), y solo se consigue transitando el silencio, profundizando en él,
llevando a cabo este camino. Bajo la misericordia de el Señor, lograremos la
meta final.
En el
silencio, la paz se apodera de nuestros corazones, llenándoles de dicha y
bienaventuranza, se renuevan nuestras energías y se apoderan de nuestra vida,
manejando nuestra conciencia a un grado aún mayor en el camino de la
trascendencia espiritual. Quedamos en estado de GRACIA, UNO con DIOS, siendo
receptores de la dicha infinita y el APEGO, más el EGO, se desvanecen
absolutamente.
Es en el
silencio que podemos estar en comunión eterna con nuestro CREADOR, llegamos a
entender el propósito de la vida y del por qué estamos aquí... Somos seres
completos, llenos de desventajas instaladas por la sociedad consumista y atea,
que sólo regresaremos a nuestro eje primordial, si evitamos seguir construyendo
capas de apegos y malestares de este mundo material que nos rodea.
Somos almas
que brillan en la LUZ DIVINA desde el mismo instante del nacimiento, sólo que
apenas caemos en brazos de nuestra Madre corporal, sus brazos además de darnos
calor y amor, nos dan sus miedos, apegos, creencias e infinidades de
misteriosas culpas que ni sabemos de dónde llegaron, pero están.
La
conciencia se desarrolla en el silencio, la meditación es el camino. El dejar
la mente quieta y no descifrar los misterios que en ella viven de a cientos, es
el modo más directo de trascender el ser. La efectividad resulta de la práctica
constante y genuina, sin tener en cuenta las apreciaciones personales, ni los
juicios mundanos que podemos llevar a cabo sobre ella.
La meditación
es el arma más letal contra la desdicha de esta vida y los miedos, que tanto
nos preocupan. Con ella podemos sobrevolar las angustias sin ser detectados e
invitados a participar de sus visitas, podemos mirar de lejos las penas que
tanto nos apremiaron en un pasado. Podemos ser OBSERVADORES, y de eso se trata,
de OBSERVAR. La meditación es observar, ver que sucede en nuestro interior, no
juzgar los pensamientos, dejarles seguir su camino, no enfrentarlos ni tratar
de eliminarlos, el simple hecho de pelear contra ellos, hace que la meditación
se detenga, sea un esfuerzo caprichoso por desmaterializar a los mismos. Y eso
no es posible, ya que la única manera de que estos se alejen, es meditando...
estando en silencio... regresando a Dios... llegando a su morada infinita...
dejando en sus manos nuestra mente y nuestro corazón...
Silencio,
de eso se trata, de saber callar nuestra mente parlanchina. En el mismo
instante en que ella se aquieta, surge Dios, surge la vida. Nada más importante
que aquietar esa máquina enloquecedora que es la mente, la cual nos llena de
imágenes y voces por doquier. El camino es la meditación, el observar de dónde
venimos, y para ello, nada más genuino que el meterse adentro de uno, el viajar
hacia nuestro interior...
No hay
experiencia más hermosa que el descender en nuestra alma, profundizar el viaje
llevando a cabo la meditación. Llegando a conocer por primera vez en la vida,
quienes somos en verdad, que hacemos en este planeta, a qué hemos venido aquí.
La respuesta surge de inmediato, estamos para trascender estos cuerpos
materiales (Carne-huesos-sangre), estamos para llegar lo antes posible a Dios,
a nuestro Creador. Hemos pasado varias vidas para poder merecer ésta, no
podemos descuidarla dejando que pasen los años, desperdiciando la maravillosa
oportunidad que Dios nos ha dado para llegar de nuevo a su hogar.
Estamos en
un terreno propicio, el de los seres humanos, el poder discernir es un Don que
debemos apreciar en su inmensidad, debemos con él manifestar a Dios, debemos
conocer los secretos que nos han sido ocultos por tanta ILUSIÓN (Maya). Debemos
trascender el Ser, y llegar a ver la REALIDAD que nos mueve.
Dios está
en nosotros, en cada cosa que vemos y respiramos. Es el aire (Prana), la rosa,
los animales, lo inanimado, la verdad... Está en todas partes y es nuestro
deber el poder reconocerle en todo. Somos nosotros los que carecemos de visión
al no poder encontrarle en todo lo que nos rodea, no echemos culpas a Dios si
no sabemos reconocerle en todo. Él está aquí, a nuestro lado, en nuestro
interior ."
YADU GOPALA DAS
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