"Conciencia de Krishna"

"Vida Simple, Pensamiento Elevado..."

miércoles, 15 de abril de 2015

"EL AMOR NO ES UN PROBLEMA"

YADU GOPALA DAS (Vrindavan-India-2015)

“El amor es un fenómeno purificador que suele evidenciar los inquietantes conflictos ya existentes (los problemas no resueltos que subyacen ocultos en el corazón). El problema es lo que éste pone al descubierto: el temor de no ser amado,  el escepticismo sistemático y cualquier otra resistencia. Estamos tan habituados a vivir sin verdadero amor que cuando casualmente éste llega no sabemos qué hacer con él pues, junto con el regocijo de tan grata experiencia, aparece un ronroneo fantasmal que pretende amedrentarnos...
La inesperada conmoción del verdadero amor nos aturde. Cuando lo que parecía imposible se hace posible, una mezcla de incertidumbre instintiva y pánico desconocido nos induce a interpretar el amor como un “problema” preocupante... Pero si dos personas se enamoran es porque sus energías encajan; porque sienten que ya no son dos entes separados sino dos mitades de una misma unidad; porque cada una de ellas siente que sus expectativas afectivas han sido satisfechas por la otra parte sin tener que pedirlo; porque el ajuste integral de voluntades enriquece el flujo del amor, haciéndolo más intenso y colorido que cuando estaban solos...
El amor tiene vida propia, se manifiesta y desarrolla cómo, dónde y cuándo quiere, creando las más variadas reacciones emotivas, pero dejando constancia de su inequívoca vocación de estremecer con intensa dicha espiritual los corazones de los enamorados. La energía del amor purifica la conciencia y deshace los nudos creados por la desarmonía con la vida; inyecta el suero de la felicidad en las almas de los enamorados, bombea sus sentimientos más nobles y tonifica su totalidad divina y humana más allá de lo imaginable. 

El amor puro, de por sí ambicioso y juguetón, es el sentimiento más elevado y noble que existe más allá de toda leyenda o utopía. Es muy raro de encontrar, y es tan precioso y puro como los diamantes. Pero como la mayoría de las personas no suele estar familiarizada con los diamantes, cuando el diamante del amor aparece en sus vidas los halla tan poco aptos para apreciar la naturaleza de lo sublime, que no puede hacerles vivenciar su  inefable calidad y fabulosa magnitud. Entonces su mentalidad puritano-conformista los atonta haciéndoles creer que el fenómeno del amor es el causante de todos los problemas que suelen afligirles. Pero el amor no es un “problema”; el problema es no comprender que su agresiva presencia mística tiene por objeto purificar la pantanosa conciencia material con la que habitualmente  es relativizado lo absoluto...

El amor es para el alma lo que la respiración es para el cuerpo. Y, dado que  somos almas, si nos falta el verdadero amor desfallecemos por asfixia. Sin amor agonizamos, y en nuestro delirio confundimos el verdadero amor con los cacareados amores que suponemos haber vivido a través de nuestras experiencias meramente sexuales... Pero el verdadero amor trasciende el sexo; entraña un continuo fluir compensatorio de energía espiritual a todos los niveles; un júbilo sublime y expansivo que nos sitúa en el ámbito nuclear de lo divino. Las parejas se enamoran de un no sé qué compuesto de  ternura y beatitud sobrenatural que fluye entre ellos de forma expansiva y espontánea. La complicidad de carácter espiritual que genera la intimidad amorosa entre dos seres escogidos por el destino para experimentar el verdadero amor, es un florecimiento de legitimidades categóricas que, de por sí, ahuyenta toda concepción errónea acerca del amor. El verdadero amor no es apenas una flor de temporada, sino un almácigo perenne que tarda años e incluso toda una vida en desarrollarse y florecer en todas direcciones. Y sólo cuando progresa libremente traspasa el plano biológico y revela su fabuloso contenido espiritual. A quien diga que el amor es un problema, yo le pregunto: ¿Acaso cuando el amor se convierte en el pináculo de la trascendencia puede llamársele “problema”? Lo que pasa es que como el ritmo, velocidad y voluntad del verdadero amor no coincide con los defectuosos parámetros que monopolizan nuestro entendimiento, no podemos apreciar su extraordinaria excelencia e insospechada magnitud... Concluyendo, el amor nunca es un problema; sólo es un problema cuando no se ha comprendido en su totalidad.”


YADU GOPALA DAS

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